Celulitis impetiginizada ¿Qué es, cómo se trata?

por | Abr 11, 2022

Ideas Principales

Antes de describir la celulitis impetiginizada es necesario puntualizar lo que es el término celulitis. Se trata de una infección local de los tejidos blandos observada con relativa frecuencia, tanto en hombres como mujeres de mediana edad, y es producida por la entrada de agentes bacterianos al organismo a través de una barrera cutánea disfuncional, […]

Antes de describir la celulitis impetiginizada es necesario puntualizar lo que es el término celulitis. Se trata de una infección local de los tejidos blandos observada con relativa frecuencia, tanto en hombres como mujeres de mediana edad, y es producida por la entrada de agentes bacterianos al organismo a través de una barrera cutánea disfuncional, es decir una herida abierta y expuesta al medio externo.

Esta condición compromete a las capas más profundas de la piel, como lo son la dermis reticular y la hipodermis. La invasión de estas estructuras se manifiesta bajo la forma de un aumento de temperatura, acompañado de dolor, edema y eritema en la zona afectada, que por lo general abarca las extremidades.

Además de estos signos, en ocasiones pueden observarse casos complicados, que presentan otras alteraciones de la piel, como pústulas o ampollas hemorrágicas, dando lugar a lo que se conoce como celulitis impetiginizada, cuyas lesiones pueden evolucionar a úlceras, las cuales suelen confluir hasta formar importantes áreas de supuración que, al cicatrizar dejan lesiones similares al impétigo en la piel.

Estas complicaciones en la celulitis ocurren debido a su agente causal. Por lo general, cuando la piel herida es colonizada por bacterias del género Streptococcus, suele tratarse de casos no complicados, sin embargo, de ser colonizada por Staphylococcus aureus, lo cual sólo ocurre en un 10% de los casos, el riesgo de desarrollar lesiones impetiginizadas es mucho mayor, y por lo tanto su diagnóstico y tratamiento se vuelve más difícil. No obstante, es necesario considerar otros aspectos, como los factores de riesgo que facilitan el desarrollo de esta enfermedad.

Factores predisponentes de la celulitis

  • Alteraciones cutáneas previas

Las lesiones previas en la piel son un importante factor de riesgo, al actuar como puerta de entrada para las bacterias causantes de la celulitis, principalmente porque suelen ocurrir de manera frecuente y por lo general no se les da el tratamiento y la atención más adecuada para prevenir una infección. Entre dichas alteraciones destacan las úlceras, los traumatismos y los edemas.

  • Presencia de dermatosis no tratadas correctamente

Existen ciertas enfermedades cutáneas que pueden complicarse con el desarrollo de celulitis, y una de las principales es el intertrigo, una dermatosis que se manifiesta con  inflamación de los pliegues cutáneos, en aquellas zonas del organismo con mayor tendencia a la humedad y a la fricción, como las axilas, el cuello o la fosa del codo.

Sin embargo, el área más susceptible al intertrigo es el espacio interdigital, el cual ya es un importante reservorio bacteriano, por lo que las posibilidades de que la piel afectada sea colonizada por Staphylococcus aureus,  principal causante de la celulitis impetiginizada, es bastante elevada.

  • Insuficiencia venosa y linfedema

La insuficiencia venosa y las anormalidades linfáticas son algunos de los factores de riesgo más importantes de la celulitis, pues este tipo de alteraciones circulatorias suele ir asociada a trastornos de retención de líquidos, toxinas y grasas en el espacio intersticial, mientras favorecen la pérdida de las fibras de colágeno del tejido conjuntivo subcutáneo y facilitan la invasión de esta estructura, por parte de microorganismos dañinos.

  • Inmunosupresión

Las personas inmunocomprometidas tienen un mayor riesgo de infectarse por los microorganismos oportunistas que producen celulitis impetiginizada, los cuales incluyen bacterias anaerobias, bacterias gramnegativas, Gram positivas y en raras ocasiones micobacterias.

¿Como diagnosticar la celulitis impetiginizada?

La historia clínica y el examen físico minucioso son elementos clave para establecer un diagnóstico preciso, pues éste se basa en las manifestaciones clínicas del paciente. Por supuesto, es necesario complementar con exámenes de laboratorio que incluyan el recuento de glóbulos blancos, VSG y PCR, cuyos niveles estarán elevados en la mayoría de los casos.

Realizar el drenaje y cultivo de secreción de las pústulas o abscesos de las zonas afectadas también son acciones vitales para el diagnóstico, sobre todo en los casos de pacientes con factores agravantes, como inmunosupresión o mala respuesta a los antibióticos.

Otra excelente opción para determinar la causa de la celulitis es determinar la existencia de respuesta inmunológica sistémica frente a la presencia de antígenos del Streptococcus, a través de la detección de anticuerpos antiestreptolisina O, y antihialuronidasa, lo que permite determinar la existencia de infección estreptocócica.

Si bien, los casos graves causados por infección estafilocócica pueden diagnosticarse gracias al análisis de la apariencia de las lesiones, siempre es recomendable realizar la prueba de SARM, con el fin de detectar al Staphylococcus aureus de forma temprana y aplicar el tratamiento de inmediato.

¿Cómo debe tratarse esta condición?

Las medidas generales para tratar la celulitis incluyen la restauración de la barrera cutánea a través de la hidratación y la elevación de los miembros afectados. Sin embargo, la administración de los medicamentos adecuados también es fundamental para una recuperación efectiva.

  • Antibióticos

El uso de antibióticos es el primer paso en el tratamiento de la celulitis, pues su objetivo es eliminar rápida y efectivamente a los patógenos, siendo el tratamiento estándar la penicilina, debido a su eficiencia frente a los Streptococcus, considerado el agente causal más frecuente de la celulitis, y en caso de presentarse alergia a este medicamento, la clindamicina y la eritromicina son la elección más recomendada.

Los casos más complejos, como la celulitis impetiginizada, deben ser tratados con terapia empírica efectiva frente a Staphylococcus aureus resistente a meticilina, es decir que los fármacos a utilizar incluyen la clindamicina, el trimetoprim-sulfametoxazol y la amoxicilina-ácido clavulánico.

La duración del tratamiento dependerá del paciente  por lo general, se recomienda que los casos de celulitis no complicada sean tratados durante 5 días, mientras los casos complicados con respuesta lenta al tratamiento, durante un máximo de 14 días.

  • Antiinflamatorios

Los antiinflamatorios son un excelente complemento al tratamiento de esta condición, pues inducen una rápida resolución de la celulitis. Se recomienda la administración de AINES como el ibuprofeno de 400 miligramos cada 6 horas, durante 5 días en conjunto con los antibióticos.

También, se puede acompañar a la penicilina con corticoides como la prednisolona durante 8 días, para resolución más veloz. En general, al seguir el tratamiento adecuadamente y respetar el reposo del área afectada, se puede observar mejoría clínica en las primeras 24-72 horas.

Referencias

  • Ortiz-Lazo E, Arriagada-Egnen C, Poehls C, Concha-Rogazy M. Actualización en el abordaje y manejo de celulitis. Actas Dermo. 2019; 110 (2); 124-130 Disponible en: Actas dermo
  • Flores R, Villarroel J, Valenzuela F. Enfrentamiento de las infecciones de piel en el adulto. Revista Médica Clínica Las Condes. 2021; 32(4); 429-441 Disponible en: Elsevier
  • Bernabéu A. Celulitis. Offarm. 2007; 26(4); 70-76 Disponible en: Elsevier